Los comedores sociales, los centros de verano y unas tarjetas de compra permitirán que los niños y niñas de la ciudad tengan garantizado el almuerzo.
Con la finalización del curso escolar muchos niños dejan de tener asegurado el comida diaria de las becas de comedor. Durante el curso académico 2013 – 2014, unos 600 niños y niñas de la ciudad han recibido esta ayuda por parte del Ayuntamiento de Tarragona. Estos niños recibían la beca ya fuera porque otra adminiostració no les había otorgado o para complementar alguna otra beca que desde Servicios Sociales se consideraba insuficiente.
Como los meses de verano no hay servicio de comedor en las escuelas, desde el Instituto Municipal de Servicios Sociales se han previsto tres modalidades para atender las necesidades de algunos de estos niños. «Los trabajadores sociales del Ayuntamiento han detectado que unos 280 niños de los cuales perciben beca escolar durante el curso ahora tienen un déficit importante a la hora de acceder al comida del mediodía».
Para dar respuesta a esta necesidad, se han previsto tres modalidades: los propios centros de verano si se da el caso de que los niños y niñas con el déficit mencionado participan, que los padres puedan ir a buscar una fiambrera con la comida en los comedores sociales municipales (el de Bonavista y el de la parte baja) si los niños viven en una de las dos zonas donde hay y unas tarjetas de compra de alimentos gestionadas por la Cruz Roja mediante las cuales los padres podrán comprar comida para sus hijos e hijas.
El comedor social de Bonavista al 200%
La responsable del comedor social de poniente, Raquel Quílez, nos cuenta que a partir de este miércoles se ampliará el horario de atención del comedor para dar fiambreras con comida hecho a los padres de 47 niños que disfrutaban de las becas comedor llevarán el curso. Con este incremento de volumen de trabajo, Quílez calcula que el comedor social de Bonavista pasará a atender a unos 160 usuarios cada día, incluidos menores de edad.
La responsable de este servicio recuerda que cuando abrieron, en octubre pasado, la previsión era servir un máximo de 60 comidas al día. Por este motivo, aunque destaca la labor del Banco de Alimentos de las Comarcas de Tarragona y del Mercado del Campo reclama más ayuda, haciendo un llamamiento a administraciones y ciudadanía para poder cubrir la enorme demanda existente.
Por este mismo sistema, el Ayuntamiento ha derivado menores al comedor social de la parte baja y los casales de verano.