Tarragona abre un comedor social para 40 personas a finales de mes.

Associació Joventut i Vida impulsa este proyecto con la ayuda de la Fundació Obra Social de La Caixa y el Ayuntamiento.

Luis Cabrera, presidente de la Unió de Comerciants de Bonavista, «ha sido el impulso definitivo para que el proyecto que teníamos de comedor social se llevara a buen puerto», admiten Ángel Martínez y Encarna Quílez dos de los artífices de este proyecto social en el barrio de Ponent que se estrenará en pocas semanas.

La Associació Socioeducativa Joventut i Vida, a la cual pertenecen, ya había gestionado hace más de una década (con otro nombre) un comedor social tanto en el centro de la ciudad como en Bonavista, pero que duró poco más de un año y nunca más se reactivó.

Ahora, pero, el comedor social sí se asentará en un barrio donde la pobreza azota a muchas de sus familias. De hecho, la iniciativa de Cabrera, que ofreció una media de 50 menús diarios durante marzo a la gente más necesitada, fue la prueba definitiva de las consecuencias de la crisis en este barrio obrero.

Subvención aprobada

La Associació ha logrado una ayuda de la Obra Social La Caixa. La fundación de este banco les ha concedido hace escasas semanas 24.000 euros, que permitirán que el comedor social abra puertas a finales de mes y pueda continuar la labor iniciada por Cabrera en marzo y el compromiso adquirido por diferentes entidades y el propio consistorio tras el fin de los menús solidarios.

«Somos una treintena de voluntarios actualmente que estamos acondicionando el futuro comedor», explica Encarna Quílez, una de las impulsoras. Se trata del antiguo Bar Los Gemelos, en la calle 11, que estaba cerrado por la crisis hace más de un año. «Cuando nos dieron la ayuda, rápidamente buscamos un espacio que pudiera albergar este proyecto. Tras mirar en el barrio, vimos que Los Gemelos estaba cerrado. Hablamos con sus propietarios, que incluso rebajaron el alquiler al conocer nuestros propósitos», explica Martínez.

Tras apalabrar el local, la Associació Joventut i Vida movilizó a sus voluntarios para arreglarlo. Cocina, comedor, cámara frigorífica, almacén… Todo necesita o bien una limpieza o bien una pequeña reparación para volver a abrir. Encarna y Ángel estiman que para finales de mes o a principios de octubre el comedor social puede estar operativo.

Aparte del trabajo de los voluntarios, la entidad pretende contratar personal para cubrir las funciones de lunes a viernes «y ya se verá si debemos ampliar comidas dependiendo de las necesidades», admiten Encarna y Ángel.

El proyecto cuenta con una cuarta parte de lo que necesitaría (unos 100.000 euros) para cubrir un año y aparte de las futuras ayudas públicas «no cerraremos puertas a colaboraciones privadas que deseen ayudarnos», explica Quílez.

Las últimas reuniones

Con la subvención de la Obra Social de La Caixa, la Associació Joventut i Vida tenía una carta ganadora para que el Ayuntamiento aceptara su apuesta social en el barrio. Estas últimas semanas se han realizado dos reuniones, la última con la presencia de la concejal de Serveis a la Persona, Victòria Pelegrín, y el edil de barrio, Javier Villamayor.

«Es un proyecto muy interesante que debemos tener en cuenta», reconoce Pelegrín. «Es una buena noticia que haya esta iniciativa y lo que tenemos que ver es como coordinar esfuerzos para que funcione», añade la concejal.

Tarragona tiene un comedor social para 55 personas que funciona todos los días del año. Es un convenio con un restaurante de la ciudad. El mismo proceso se aplicará en Bonavista con un control de las personas que requieran este servicio social. Todos los comensales los autorizará previamente el Ayuntamientoi

Notícia original en Diari de Tarragona